Postales #01 Valldemossa

Entre montañas que huelen a almendra

Querido Emil,

Hoy pensé en ti al entrar en una librería diminuta, en una calle aún más estrecha, donde el aire olía a papel viejo, lavanda seca y café con canela. Estoy en Valldemossa, un pueblo escondido entre montañas que se asoman al mar. Aquí vivieron Chopin y George Sand un invierno tormentoso. Pero yo he venido en julio, y el calor es otra música.

Probé una coca de patata con chocolate caliente —sí, caliente— y fue como una broma dulce que solo se entiende al probarla. Luego entré en una tiendecita de pueblo, con estanterías torcidas y una mujer que me vendió almendras tostadas envueltas en papel de diario. Me dijo, sin sonreír: “Esto no lo encontrará en los hoteles.”

Tú, que crees en los libros como mapas secretos, deberías venir. Aquí cada calle y cada sombra tiene historia. Me pareció verte en una terraza al sol, con un libro abierto y esa mirada tuya de quien no quiere volver.

Con mucho cariño,
Ayun